El postre cambia de forma pero no de sabor

L o único que cambia en las vitrinas de las pastelerías es la forma y la decoración de los postres que, como los panes, siguen preparándose con técnicas clásicas. Es lo que dice Walter Kovacs, maestro pastelero responsable del menú de Arômes Bakery, emprendimiento que ya celebró cuatro años y medio, y a través del cual ofrece panadería y pastelería francesa, dulce y salada.Un buen ejemplo de lo que afirma Kovacs es la tartaleta de limón, uno de los postres más vendidos en el mundo y entre los preferidos de la lista de su empresa. Exige la tradicional masa sablé para su elaboración y una cobertura de crema de limón, explica el pastelero, que le aporta sabor a través de una infusión con tomillo y de la mezcla de merengue italiano y crema de mantequilla saborizada con ralladura de cítricos con la cual la decora.El cambio de decoración so lo tiene como fin despertar interés. La de Arômes Bakery es cuadrada no redonda como la tradicional y de 15 centímetros de superficie, el tamaño clásico de un ga teaux francés, suficiente para compartir entre 8 personas, asegura Kovacs, que no deja de mencionar otro clásico de la pastelería: la cheesecake, que mantiene su glaseado de frutas, al que ahora se le in corporan otros elementos...

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