Scriptorium. La participación: una problemática relevante
| Autor | Armando Chaguaceda |
| Cargo | Universidad Veracruzana - México |
| Páginas | 9-12 |
Scriptorium
La participación: una problemática
relevante
Por el Mg. Armando Chaguaceda
Universidad Veracruzana, México.
xarchano@yahoo.es
Mucho se ha debatido sobre la participación como legado de prácti-
cas, valores y representaciones (1). El abuso del término (por políticos, opi-
nadores y ciudadanos) lo ha convertido en una suerte de significante vacío,
un “carro de supermercado” donde cada quien deposita los contenidos, in-
tereses y esperanzas que le son caros. En nuestro caso definiremos la parti-
cipación como el involucramiento activo de los ciudadanos y colectivos or-
ganizados en los asuntos públicos, a nivel territorial y/o sectorial, orientado
a resolver demandas de eficacia, redistribución, estabilidad y democratiza-
ción. Como proceso, la participación abarca diferentes momentos que invo-
lucran la expresión de opinión, la deliberación, la formación de consenso,
la conformación de agenda, la implementación, el control y la evaluación.
Durante las décadas de los 60 y 70, el tipo de participación impulsada
por actores progresistas en la región latinoamericana (y el mundo) estuvo
genéticamente vinculado a la solución de los problemas del subdesarrollo y
del cambio social, procesos en los cuales la coordinación estatal resultaba
un factor clave. La participación se insertaba dentro de la búsqueda y cons-
trucción de un proyecto global de orden social, lo cual activaba y otorgaba
una plenitud de sentido a la acción colectiva. A esa época (y a su espíritu)
debemos los trabajos pioneros de Carole Pateman, Orlando Fals Borda y
otros autores, donde hallamos una preocupación sustantiva por el tema (a
despecho de la centralidad excesiva otorgada a temas como “la lucha de
clases” o “la toma del poder” por la izquierda tradicional) y desde cuyas co-
ordenadas se sentaron pautas para una crítica del modelo que entendía la
participación como movilización de masas y las organizaciones sociales
como “correas de transmisión” de un partido vanguardista, burocratizado
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