Reductio ad Hitlerum

Profesor de filosofía política en la Universidad de Chicago y autor de unas meditaciones so bre Maquiavelo Thoughts on Machiavelli, 1958, Leo Strauss acuñó la locución reductio ad Hitlerum para referirse a la maliciosa acusación de fascis ta con la que los polemistas de vocación despótica procuran descalificar a quienes les confrontan y, de este modo, poner término a cualquier discusión.La argumentum ad nazium, como también se la conoce, es la falacia a la que Nicolás Maduro recurre con inusitada asiduidad para desacreditar a sus opositores, esquivar cualquier debate e intentar vestir con un envoltorio de jaquetonería su desnudez conceptual; pero ni aun así logra sacudirse de las aprensiones, pesadillas y fantasmas que alimentan su creciente paranoia; una manía persecutoria que le predispone contra su entorno cívico-militar, pues al afirmar, como lo ha venido haciendo, que a él no lo van a tumbar, uno se imagina que el mensaje no puede estar dirigido sino a quienes tienen el control de los medios para derrocarlo, es decir, a su propio partido y a la FANB.Súmele usted a esa chifladura monotemática el para nada infundado temor a una debacle electoral el venidero diciembre y entenderá cómo se bate el cobre en la fragua oficialista respecto al porvenir de Maduro y el destino del proyecto chavista; entenderá por qué tanta angustia y premura para completar el catastro de las comunas e impulsar la implantación porque sí de una estructura paraconstitucional basada en el empoderamiento a dedo de los consejos comunales, a fin de suplantar el modelo de organización del poder público pautado en la carta magna con otro, más representativo de la voluntad de la camarilla gobernante, en el que las decisiones se tomen en incondicionales asambleas populares mediante la señal de costumbre. Esta vía, que en Asia dio lugar a engendros tan perversos como la Revolución Cultural china o los jemeres rojos de Kampuchea, es vista con algo más que recelo por un buen número de partidarios del Gobierno que perciben en ella un impedimento para sus aspiraciones a ocupar posiciones relevantes en el ordenamiento municipal.Ese proceder aclara el porqué de la pintoresca campaña con tra la corrupción emprendida por el Gobierno, a sabiendas de que ese flagelo es inherente al poder y, por ello, su prédica contra el mismo no pasa de ser mera hipocresía; un demagógico recurso que degrada el debate sobre el tema, pero justifica a los ojos del solicitante y a los de sus asesores la...

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