Ni porque me regalen el mundo me van a quitar este dolor

Hermanos, primos y tíos de José Domingo Ramírez Batista, vestidos de luto, esperaban a las puertas del Edificio Nacional, sede de los tribunales del estado Táchira, el traslado para la audiencia de presentación de los guardias nacionales que el 25 de febrero dispararon en 17 oportunidades contra el vehículo del estudiante universitario. El hecho ocurrió en las inme diaciones de la urbanización Táchira cuando el joven llegaba a su casa. Una de las balas le perforó el cuello; después de 48 horas de agonía falleció por muerte cerebral. El próximo 19 de marzo se graduaría de técnico superior universitario en producción agrícola en el Instituto Universitario Tecnológico de Socopó, en Barinas, y la celebración sería doble porque también cumpliría 23 años de edad. Su vida era el campo. Siem pre andaba con una cámara tomándole fotos a animales y a cuanta cosa veía de ordeño mecánico. Me las mostraba y me decía: `Papá, así tenemos que construir el ordeño o los galpones o mire este toro tan bonito para sacarle cría?. Era muy organizado, caballista, amaba los toros coleados, amaba la finca y quería prepararse mucho con una visión de progreso, relató el padre del joven asesinado, José Domingo Ramírez Contreras. En la Fuerza Armada debe rían filtrar un poco más ese personal para que no caigan en tantas fallas. Que les den las armas a los hombres que sean normales de la cabeza, no dementes como estos que mataron a mi hijo. Yo quisiera que me los pusieran enfrente y me digan por qué me lo mataron. Cinco hombres armados contra un niño inocente, agregó el padre del universitario. Me pueden regalar el mun do, pero esa herida no la voy a poder tapar ni sanar con nada. Lo que esperamos es justicia pues qué más puedo hacer, apuntó. Cuando no estudiaba, José Domingo ayudaba en la finca a su papá o en la farmacia a su mamá y siempre sacaba tiempo para compartir con sus hermanas, a las que cuidaba y protegía como las joyas más valiosas de su familia. El día del suceso, José Do mingo estaba reunido con sus amigos de colegio, con los que nunca perdió el contacto, en casa de uno de ellos. A medianoche decidió llevar el ve hículo a su casa para no tener problemas con su...

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