El rezago tecnológico I

Pese a un triunfalismo oficial tan masivo que hasta sus autores se lo creen por autosugestión, el retraso tecnológico es uno de los menos ponderados y más preocupantes legados del chavismo. Adinerados y cada vez más rezagados; no bastará una generación para alcanzar el pelotón de la delantera: Brasil, México, Chile y Colombia. Personas informadas ase guran que en patios y sabanas del país yace un segundo pudreval, el industrial: fábricas oxidándose en containers, compras incompatibles u obsoletas, industrias pesadas nacionalizadas y vueltas escombros, empresas invadidas y abandonadas, falta de mantenimiento y repuestos por no hablar de los cubanos instalando fibra óptica, de las computadoras portuguesas, los trenes, motonetas y satélites chinos, los cachivaches iraníes y bielorrusos o la TV digital terrestre... argentina. Esos pudrevales y ese popurrí de tecnologías que países poco desarrollados se copian del imperio, generalmente de calidad usa y bota, son la faceta visible de un crimen de lesa nación perpetrado por un régimen obtuso que se mofa de la investigación pura generando fuga de cerebros, cultiva un odio enfermizo al progreso científico occidental y sus pro ductos, y fue incapaz de preservar el naciente parque tecnológico del país, ni siquiera el energético. En 13 años, Chávez logró re troceder esta Venezuela megadiversa a la cola del mundo en materia ecológica acaba de plantar 9 cementeras en plena capital, tuvo que racionar la electricidad en un país que flota sobre un océano de energía tan inmenso que deliró con entubarlo hasta Ushuaia, e hizo de su propia patria tal vez la única nación de la tierra que, avanzado el siglo XXI, aún no dispone de una sola central solar o de biomasa, una torre eólica o un metro cuadrado de fotovoltaico. Marchamos hacia el pasado por autocrática voluntad de una cigarra estulta, en un mundo de inteligentes hor migas que vienen invirtiendo 250 millardos de dólares anuales en energías renovables con estrepitosos resultados: España llega a cubrir hasta 50% de su demanda con eólico; Italia, 26% con...

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