La trampa de la corrupción

¿Cuántas denuncias sobre corrupción de funcionarios del régimen han sido debidamente procesadas? ¿Cuántos señalamientos de esta naturaleza han conducido al establecimiento de responsabilidades y sanciones? Es cierto que la corrupción de alguna manera se considera hoy en día como una subcultura del poder y que el uso de ella sirve para la descalificación de los adversarios. Por ejemplo, ahora mismo Rajoy en España afronta un vendaval de acusaciones, pero en el caso venezolano se trata de un asunto mucho más complejo. La tendencia a la malversación y el uso indebido de los dineros públicos se corresponde con la propia naturaleza del modelo vigente. Sin un poder contralor imparcial; con un sistema judicial secuestrado por el Ejecutivo, y con los medios considerados como instrumentos estratégicamente opositores, ¿cómo hacer entonces para que el tema sea enfrentado con la transparencia y el rigor necesarios? En la etapa democrática el asun to de la corrupción a partir del célebre caso Sierra Nevada durante el primer gobierno de CAP abrió el camino para que las denuncias de ilícitos administrativos dieran cuenta de ministros y altos funcionarios de los gobiernos posteriores. Incluso, el mismo CAP debió renunciar en 1993 por el uso de la partida secreta para la ayuda de la democracia en Nicaragua. Un juicio que se hizo público y con alcance internacional y que concluyó...

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