A trescientos años del nacimiento de Diderot

El programa de la Encyclopé die era la razón, que también fue una de las constantes preocupaciones filosóficas de Diderot, pero que en el contexto de su estudio particular adquiría connotaciones más oscuras y menos optimistas. Intelectualmente convencido de la necesidad del ateísmo y de un materialismo estricto, y políticamente comprometido en una campaña para incorporar esas ideas en el mundo y cambiar, con su Encyclopédie, la manera general de pensar, el hijo de una devota familia de provincias, el que una vez quiso ser jesuita, seguía sintiendo nostalgia de los encantos y las certezas de la fe. `Mi corazón quiere una cosa, pero mi razón quiere otra’, había suspirado en 1772. Estaba, y siguió estando, en guerra consigo mismo.La grandeza de Diderot co mo filósofo se encuentra, en parte al menos, en la tensión continua y palpitante entre la racionalidad y el instinto. A diferencia de otros pensadores ilustrados, como Voltaire y Kant, que sugerían la existencia de un orden enteramente racional que liberaría a los individuos de la penosa influencia de las fuerzas irracionales que se agitaban en su interior, Diderot escribió acerca de una naturaleza humana compleja, contradictoria y esencialmente oscura, sólo en raras ocasiones iluminada por la luz del sol de la razón. D’Holbach pensaba que había que desterrar la superstición y la opresión, pero era básicamente sereno en su fe en la razón; para Diderot, la vida siempre la estropeaban el error y la destrucción, porque los seres humanos no pueden ser siempre exclusivamente racionales. Como escribió, en tono pesimista, a Sophie Volland, la vida podía verse como un viaje de la imbecilidad al error, a la necesidad y la enfermedad, desde donde comenzaría un regreso a la imbecilidad: `Desde el momento en que balbuceamos hasta el momento en que farfullamos, viviendo entre sinvergüenzas y charlatanes de toda clase; y la mente se apaga entre un hombre que te toma el pulso y otro [un sacerdote] que te agobia el pensamiento; sin saber uno de dónde ha venido ni adonde va: violà, esto es lo que...

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