Televisión y violencia

¿Cómo hacer viable la aspiración de la construcción de una nueva televisión en Venezuela para la paz si el sistema bolivariano de comunicación e información está diseñado desde el mismo seno del Estado para un propósito eminentemente confrontacional y autocrático? ¿De qué manera puede la televisión venezolana desinfectar de fascismo la sociedad si el Estado promotor de tal iniciativa desinfectadora ostenta, en su propia racionalidad, relevantes elementos del fascismo/ castrismo? Las frases entrecomilladas son tomadas de las declaraciones de Nicolás Maduro, que precedieron su airada y coercitiva convocatoria a los propietarios y directivos de las empresas televisivas Venevisión y Televen. Descontado su talante autoritario, el centro argumentativo de la iniciativa de Maduro, al convocar a los directivos de estos canales, se funda en una visión anacrónica y limitada de la acción de los medios en la vida social y del papel de las audiencias en el consumo, disfrute y valoración de los contenidos de los medios. Pero, incluso, acreditándole algún valor a ese punto de vista, sin suficiente respaldo de evidencia empírica o investigación cualitativa, lo mínimo que podría hacer una iniciativa pública de racionalidad democrática es predicar con el ejemplo.El gobierno a cuya cabeza se en cuentra hoy Maduro, por decisión del CNE, tiene años negando los altos índices de inseguridad y las elevadas tasas de homicidios que colocan a nuestro país entre los de mayor mortalidad en el continente; los más altos responsables de los poderes públicos, renuentes a actuar sobre una garantía tan fundamental como el derecho a la vida, se han escudado en la criminalización de los medios, negando la contundente preocupación ciudadana presente en todos los sondeos de opinión, bajo el criterio de que todo es una sensación de inseguridad promovida desde los medios de comunicación privados. Atrapado Maduro en la terrible circunstancia de ser, también, el gobierno anterior, hoy admite la realidad pero sigue confundido en el mismo error argumentativo y de concepción: el problema son los medios.Tres ideas quiero puntualizar.En primer lugar, países con una programación con altos contenidos violentos, por ejemplo Es tados Unidos, Canadá, Japón, no tienen los elevados índices de asesinatos que tiene Venezuela. En Colombia, por ejemplo, país productor e inspirador de las terribles narconovelas que tanto preocupan al Gobierno, han logrado reducir de manera contundente la...

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