«Vivimos en un eterno comienzo y eso dificulta la sedimentación de una memoria»

Impulsado por su preocupación ante los padecimientos de la prensa independiente en la coyuntura políti ca polarizada y violenta que ha caracterizado el país en la última década, el sociólogo, cineasta e investigador de la comunicación social Óscar Lucien publicó Cerco rojo a la libertad de expresión Edito rial La Hoja del Norte, 2011. El libro es un estudio pormenorizado de los abusos contra la libertad de pensamiento en Venezuela. El ámbito del análisis comienza el mismo día en que Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República, el día 2 de febrero de 1999, sobre una moribunda Constitución, y se extiende hasta el año 2010. Los temas expuestos incluyen un breve registro histórico del concepto de libertad de expresión en Venezuela, la delimitación de sus aspectos jurídicos y un catálogo de las agresiones directas e indirectas a los medios de comunicación, así como a los periodistas en el cumplimiento de su trabajo; sin dejar por fuera el irrespeto al marco legal internacional en la materia. El libro también tiene que ver con uno de los objetivos más importantes que persigue la organización no gubernamental a la que pertenezco, Ciudadanía Activa. La asociación fue creada en el marco del 11 de abril de 2002, bajo el lema `Prohibido olvidar?, con el objeto de mantener viva la memoria ahora que hay un desierto de los espacios de opinión en los medios audiovisuales y radioeléctricos. El problema es que han ocurrido muchas cosas y las dinámicas han cambiado muchas veces, explica Lucien. Ante estos hechos, que otros ven como aislados, el investigador denuncia un plan sistemático de acoso a la libertad de expresión. Una de las conclusiones a las que el investigador llegó en Cerco rojo es tan simple y a la vez tan utópica en el panorama venezolano actual que abisma: El ejercicio del periodismo requiere de un comunicador consciente de su responsabilidad de intermediación entre los acontecimientos y los ciudadanos. Sin tutela del Gobierno ni de corporación mediática alguna. ¿Es el pueblo venezolano de memoria corta o tiene esa aparente miopía que ver con que están ocurriendo muchas cosas graves a la vez y pocos o nadie se ocupa de sistematizar los hechos para articular las soluciones? La nuestra es una cultura un poco perversa de la tabula rasa en la que todo siempre comienza de cero. En Venezuela es difícil configurar en la tradición, y eso puede verse en cualquier forma de las artes de nuestro país. Vivimos en un eterno comienzo y eso dificulta la...

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