Zaida González reivindica los retratos mortuorios

Afinales del siglo XIX y principios del XX, período en el que la mortandad especialmen te la infantil era muy alta, se hicieron comunes los retratos mortuorios. La práctica consiste en vestir al cadáver y fotografiarlo en escenas recreadas. En América Latina denominaban a los bebés muertos al nacer como angelitos: su deceso era una bendición para la familia, que quedaba protegida por el alma del pequeño.Esa costumbre se perdió con el tiempo. Fue declarada insalubre por algunos e incluso muchos empezaron a verla como macabra y morbosa, lo que la mayoría pensaría hoy en día.A la fotógrafa chilena Zaida González le interesó, sin embargo, indagar en la práctica. Lo hizo en 2004 con la serie Conser vatorio celestial , para la que fotografi ó a mortinatos deformes con juguetes, fl ores y corazones.Su intención era rescatar el mito del angelito. Seis años más tarde retomó el proyecto, pero en esa ocasión decidió incluir personajes fi cticios. Construyó entonces varias escenas que desde hoy se presentarán en la Organización Nelson Garrido en la muestra Recuérdame al morir con mi último latido .Mi intención es, a través de la representación del retrato mortuorio, proponer una discusión relacionada con la aceptación de lo diferente. Hablar de la muerte, de lo feo, de lo deforme, pero sin plantearlo como una monstruosidad o un tabú, como generalmente se toman estos temas, expresa la creadora, que nació en 1977 en Santiago de Chile.En las fotos hay repre sentaciones de fi guras clásicas, por ejemplo la del pesebre, pero desde el contexto de una sociedad consumista e individualista. La fotógrafa las llama malas copias. De esa manera, plantea a una Virgen María como una mujer altanera, de...

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