Una costa llena de playas vírgenes

En el estado de Jalisco, en México, existe un edén de increíble belleza en la costa. La zo na se divide en cuatro partes: Cabo Corrientes, Tomatlán, La Huerta y Cihuatlán, municipios que dan su cara al océano Pacífico. Cada uno reúne un paraíso de playas vírgenes bañadas por aguas de color esmeralda y personalidad propia.Cabo Corrientes Es la entrada, desde Puerto Vallarta, a la Costalegre. Son 75 kilómetros de acantilados, vegetación tropical y playas de arena fina y doradita como las de Yelapa. El pueblito es refugio de hippies veteranos que hacen artesanías con palo de rosa o que rentan caballos para ir a cascadas escondidas. No faltan los que alquilan equipo de snorkel. Las noches son de parejas cenando bajo las estrellas, desde algún hotel de lujo coqueto como Verana, www.verana.com, solo para adultos y accesible a pie o en mula.Tomatlán Majahuas, La Cruz de Loreto y Playón de Mismaloya son para el viajero ambientalista, el que no se preocupa por estar días desconectado de la tecnología, el que se emociona remando un kayak para llegar a manglares, estuarios y lagunas que ni en el mapa aparecen y son el hogar de miles de aves.Aquí se duerme arrullado por el rugir de las olas, las favoritas de los surfistas, también se liberan tortugas desde el santuario más grande de México, en Playón de Mismaloya, y se encuentran refugios como Hotelito Desconocido...

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