Hay espacio para crecer

Por primera vez en tres siglos la cantidad de consumidores de clase media en Asia será equivalente a la de Europa y la de América del Norte sumadas. Las cifras quitan el aliento. Al mismo tiempo las oportunidades que se abren para los países latinoamericanos son enormes, si los gobiernos saben aprovecharlas en su beneficio. Que las autoridades chinas hayan internalizado el hecho de que no es a través de mayores exportaciones a terceros países que se va a generar estabilidad económica y crecimiento en Asia, juega a favor de una buena coyuntura para Latinoamérica. La recu peración del dinamismo chino se va a asentar, más bien, en la aceleración del consumo interno de sus 1.400 millones de habitantes. Además, el acento que el gobierno de Xi Jing Pin ha puesto en la urbanización acelerada del país, y particularmente de los centros rurales, dentro del contexto de su plan estratégico, viene a sumarse al conjunto de circunstancias que afianzarán la posición china como pivote de la economía planetaria que la nación viene detentando desde la última década. Y eso está a punto de ocurrir, justo en el momento en que ni Estados Unidos ni Europa todavía ven la luz en el horizonte de su recuperación económica. China es la que va a dotar a la economía mundial de dinamismo para la salida de la actual crisis y, quien así lo entienda se coloca de primero en la fila de los beneficiarios de su potencial salidor. El comienzo de la recuperación china es bueno para Latinoamérica. Del lado asiático también han estado progresivamente comprendiendo que la región, dotada de mayor pujanza y estabilidad que otras y con una marcada vocación a la globalización, resulta ser el más promisorio socio internacional que puedan...

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