Incumplen ordenanza contra ruidos molestos

Hace casi dos meses, Iván Naranjo celebraba la publicación del decreto número 56 en la Gaceta Municipal de El Hatillo; un documento que hace referencia a la aprobación de una ordenanza que establece controles para la emisión de ruidos en el municipio. El vecino, que vive en el casco histórico, hoy luce resignado y afirma que en este pueblo nadie duerme en paz. Yo vivo en la calle Sucre, de trás de la iglesia y puedo asegurar que esa ley no se respeta. Mi tristeza es que este lugar termine convirtiéndose en un centro comercial y que yo tenga que mudarme para poder dormir, agrega Naranjo. Señala que algunas discotecas y bares cierran falsamente a las 12:00 pm, cuando en realidad siguen despachando licor y poniendo música a todo volumen puertas adentro. Naranjo saca sus cuentas y dice que por cada nuevo comerciante que llega a El Hatillo, pierde un viejo amigo y vecino. Como él, son muchos los residentes que se quejan del exceso de ruido en el casco histórico y que lamentan que nadie respete las ordenanzas, ni los policías Âque no hacen supervisiones nocturnas ni los locales que, aun hoy, no han acondicionado sus espacios para evitar la difusión del sonido. Samoa es uno de los restau rantes de la zona que citan los residentes de El Hatillo cuando se quejan del incumplimiento de la ordenanza contra los ruidos molestos; pero Aurki Brabo, el director general de este local, niega que desde este perímetro salga una gota de sonido. Dudo que haya alguien que se queje de mi negocio, pues antes de su...

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