Mljet, la miel del Mediterráneo

Llegar a Mljet Miel como la llamaban los griegos, en Croacia es entrar en contacto con lo más elemental: el viento, el sol, los perfumes de hierbas y flores. Se trata de una isla larga 37 kms, delgada 3,2 kms, salpicada por un par de viñedos y pequeños poblados. La impresionante ciudad amurallada de Dubrovnik queda tan sólo a dos horas en barco. Lo que Mljet escasea en in fraestructura lo gana en naturaleza. Descubrirla implica goce en todos los sentidos. La leyenda dice que el héroe griego Odiseo quedó tan maravillado al conocerla que vivió en ella durante siete años. Hoy en día se puede visitar la cueva que le sirvió de refugio. No en balde, la costa adriáti ca de Croacia se ha convertido en la nueva Costa Azul, visitada por turistas en busca de diversión, playas cristalinas y relajación. Para los que huyen de las multitudes, Mljet resulta un destino ideal. Incluso en pleno verano, cuando la costa se desborda de turistas, en este destino posible encontrar recodos de intimidad. Una joya secreta se encuentra en el Parque Nacional Mljet, al oeste de la isla, donde dos lagos de agua salada ÂMalo Jezero Lago Menor y Veliko Jezero Lago Mayor conectados por un estrecho canal desembocan al mar. En SvMarija Santa María, una pequeña isla en el medio de Veliko Jezero, se encuentra un monasterio benedictino y una iglesia del siglo XII. Los monjes de la orden de San Benito ocuparon estos predios hasta el siglo XIX cuando Napoleón anuló la orden e hizo que el convento cerrara sus puertas, en 1809. En la actuali dad, el lugar alberga un restaurante romántico, ideal para tomar una copa al atardecer o disfrutar de frutos del mar y quesos locales. Alojamiento. En el Parque Na cional hay sólo un hotel, Oseij. Sencillo pero cómodo, está ubicado en Polace, el pueblo más grande dentro del parque justo frente a la marina donde atracan yates y veleros. En Polace hay un par de restaurantes, tienditas y hasta un cajero, pero estos lujos, vienen con un precio: Polace es uno de los lugares más ruidosos de Mljet. Si desea vivir una experien cia más auténtica alquile un apartamento o una habitación en Soline, un pueblito pesquero, con menos de 30 amables habitantes. Soline es el último pueblo de la isla, justo frente al encuentro entre el Lago Mayor y el mar. ¿Su gran ventaja?: la lejanía del bullicio. Niños corren de una casa a la otra en busca de helados y dulces; abuelos se...

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