El muro que nos separa del lago de Valencia es una bomba de tiempo

Cuando Rita Mendoza se mudó en 1981 de Maripérez a La Esmeralda, en el sur de Ma racay, su casa fue de las primeras que entregó la constructora.Como jubilada del Ministerio de Transporte y Comunicaciones logró arreglar su vivienda poco a poco hasta transformarla en una quinta, con un solar lleno de árboles frutales y plantas ornamentales, entrada, porche y mirador. Me llamaban la millonaria. La viuda de 85 años de edad no puede contener las lágrimas al ofrecerla por lo que le den.Las calles y casas están cubier tas de aguas negras. Las tuberías que desembocan en el lago de Valencia las devuelven a los inodoros, lavamanos y alcantarillas. Los patios traseros están sumergidos. Hemos ido a la alcaldía, la gobernación, Protección Civil, y ni siquiera vienen a sacar esa pudrición que tiene mes y medio. Hasta los bomberos nos dijeron que tienen la bomba de achique dañada.Sobre el urbanismo, como las miles de familias que viven en La Punta, hay dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, de 2006 y 2012, que ordenan su desalojo después de una indemnización económica para adquirir una vivienda de condición similar. Durante el gobierno de Rafael Isea 2008-2012, 100 familias fueron reubicadas en urbanizaciones clase media de reciente construcción, fuera del municipio.Sin embargo, la mayoría si gue en la zona. Algunos porque se negaron a trasladarse a refugios; otros porque regresaron de estos y muchos, como la Rita Mendoza, porque nunca les han ofrecido nada.En una reciente reunión ve cinal, Ramón Viña, presidente del Instituto de Vivienda de Aragua, les dijo que trataran de salir como fuese porque no hay dinero, cuenta Saraith Moreno, que acudió como vocera.Su papá compró la casa número Y-30 en 1981 para establecer allí su hogar. Su casa materna estaba en Caña de Azúcar y la de su esposa en La Pastora. Cuando nos mudamos esto era un sueño, una belleza, recuerda.La constancia de alto ries go de vulnerabilidad, firmada por el director de Protección Civil Aragua, Salvador Basile, no ha ayudado a Mariannelys Nieves a salir de la casa 302 de Mata Redonda, justo frente a la estación policial. Se enamoró de esa casa, que está al final de la extensión de la avenida Fuerzas Aéreas de Maracay, cuando en un viaje de regreso de Choroní pararon en la zona. Me vine hace 35 años. Esto era un lujo. Ahora echan tierra encima del terraplén, pero la sentencia no dice muro. Esa no es una solución, es una bomba de tiempo, ¿o están esperando que la naturaleza les...

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