535 personas han recibido atención médica por protestas

El efecto de los gases lacrimógenos no se disipa en Chacao.Sus residentes han tenido que acostumbrarse al picor en los ojos cuando recorren el casco central del municipio, que después de las 5:00 pm se convierte en una ciudad fantasma. A esa hora las santamarías de los negocios ya están bajas y algunas vitrinas han sido cubiertas con cartón piedra para evitar que el rebote de una bomba rompa los vidrios.También cierran las ventanas de las viviendas y abren los grifos de agua caliente para que el vapor de agua disperse los gases. Ayer, la escuela municipal Andrés Bello no abrió sus puertas, por primera vez desde que iniciaron la protesta continua en la zona 70 días atrás.El olor a gas es muy fuerte, sobre todo en los salones, por eso tomamos la decisión conjunta las autoridades del colegio y los representantes de no dar clases, explicó Luis Enrique Jaén, director del instituto, donde estudian 700 alumnos.Hasta el miércoles pasado, Salud Chacao y el Instituto de Protección Civil y Ambiente habían atendido a 265 heridos, a estos se suman 270 pacientes vistos por los paramédicos del Campamento Libertad, insta lado en la plaza Bolívar.La refriega del domingo fue una de las más fuertes. Al esposo de Judith de Díaz hubo que nebulizarlo: Nos cambió la vida. En la tarde estamos sitiados, escondidos en nuestros apartamentos. Nuestros familiares no pueden venir a visitarnos. De Díaz vive en un edificio de la calle Páez...

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