Las Romas de Enzo Del Búfalo

E l libro Roma: historias y deve nires del individuo, de Enzo Del Búfalo Bid y Co/Redivep, 2016 es un acontecimiento na cional, que deseamos impacte a las distintas comunidades intelectuales del mundo; ojalá que su distribución pase de nuestras fronteras porque sin lugar a dudas, este libro erudito, exquisito, milimétricamente tejido y bellamente construido, será un clásico para pensar Oriente y Occidente.La Roma de Enzo no es un libro de historia, ni de política, ni de urbanismo, ni de economía, ni de filosofía, ni de sociología, tampoco de religión o psicología; sencillamente porque esos vocablos aluden a campos disciplinares, territorios articulados por preguntas que delimitan tipos de discursos, de narraciones, que en la modernidad han tenido sus criterios para demarcarse como teorías. No es un libro teórico. Este punto no es accidental sino sustancial. No encontrará usted un árbol que crece y se reproduce; sino un despliegue rizomático de prácticas sociales, esto es, prácticas militares, religiosas, literarias, políticas, económicas, mostradas a través de discursos, cartas, documentos, gran parte de fuentes primarias, narrado desde un perspectivismo configurado por la tradición que va de Nietzsche a Deleuze.Describiría el texto como el itinerario de las metamorfosis del deseo de ser un individuo soberano en el mundo antiguo. Los vocablos como individuo. Individuo soberano, roma o romano, ejército romano o ciudad romana, no significarán lo mismo en un momento histórico que en otro y la transformación no dependerá de ninguna teoría, sino de las formas y maneras cómo los sujetos se relacionaban entre sí o con sus instituciones y esa práctica material les configuraba una mirada de sí mismos, de la otredad y de su pasado.El cambio psíquico dependía de las prácticas sociales y estas determinaban los vocablos, eso lo grafica el autor de forma plástica, son los paisajes que nos pinta Del Búfalo en su tapiz.Se inaugura con un capítulo titulado Historia y pensamiento que es verdade ramente denso, comprimido con vocación de ladrillo, tal vez, porque es donde despliega el instrumental de la fábrica deleuzeana que utilizará para servirse de la historia; mostrará por qué con esos artefactos la historia vivifica y no esclerotiza, asumiendo aquella tesis nietzscheana del sentido de los estudios históricos que Foucault desarrolló de forma magistral en su arqueología genealógica de las prácticas microfísicas en cárceles, psiquiátricos en la época...

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