Sistema de orquestas: compromiso in crescendo

No tardaron Hugo Chávez Frías y sus colaboradores en comprender que los preceptos del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, una institución creada durante el primer período presidencial de Carlos Andrés Pérez, calaban perfectamente en el discurso de la revolución bolivariana.A pesar de que las partituras tenían origen europeo mucho Bach, Mozart y Beethoven y nada de arpa, cuatro y maracas el proyecto, ejemplo de eficiencia y constancia en un país en el que la mayoría de las iniciativas suele extinguirse o caducar, poseía un valor social inequívoco: buscaba rescatar a niños y jóvenes de la pobreza para introducirlos en los hermosos caminos de la música clásica.Los alcances de un engrana je como el que inventó el músico, político y visionario José Antonio Abreu hace 38 años pueden medirse en número de núcleos, matrículas, orquestas, giras y conciertos, pero va más allá de lo cuantitativo. Lo ha dicho el ahora director ejecutivo Eduardo Méndez: la enseñanza colectiva como método es la clave porque bajo las corcheas y las semifusas subyace la disciplina, el trabajo en equipo y la solidaridad.Si bien la obra de Abreu na ció y creció durante los años en los que el poder estaba en manos de Acción Democrática y Copei, en tiempos del chavismo se afianzó. La entidad, que perteneció al Ministerio de la Familia, luego pasó de la cartera de Salud y Desarrollo Social a la de Participación Popular, del Ministerio de las Comunas a la Vicepresidencia y, finalmente, a la Presidencia. Durante la seguidilla de traspasos, que jamás incluyó al Conac ni al Ministerio de Cultura, creció de 80 a 296 núcleos. En 1999 eran 73.698 los niños enrolados en el sistema. Actualmente son 398.000.También se crearon orquestas juveniles de alto perfil, además de ensambles y agrupaciones.Nacieron atractivas propuestas que exploran el jazz, el rock y la música venezolana y caribeña. El sueño se cristalizó a tal punto que el maestro y los precoces instrumentistas asistieron el 24 de octubre de 2008 al Teatro Campoamor de Oviedo, España, para recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, galardón de enorme peso histórico.El joven maravilla. Alfredo Rugeles, que el año pasado cumplió 30 años como director orquestal, indica que una feliz coincidencia ha contribuido con la proyección de la institución. Es el crecimiento y apogeo del actual líder de la Filarmónica de Los Ángeles: Para el sistema de orquestas ha sido fundamental el auge de...

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