Para los españoles sin trabajo, el tiempo equivale a dinero

VALLADOLID, España--A pe sar de que es una de los millones de jóvenes españoles desempleados, Silvia Martín, de 22 años, se consuela sabiendo que su banco todavía la respalda. No se trata de una institución de crédito, sino más bien de un banco de tiempo cuyos cerca de 400 miembros intercambian sus servicios por hora. Martín, que no tiene automóvil ni se puede dar el lujo de tomar taxis, se ha apoyado en miembros del banco de tiempo para que la lleven por la ciudad para hacer sus trabajos esporádicos y trámites, así como también para hacer reparaciones en su casa. A cambio, ella ha cuidado a familiares mayores de algunos miembros, organizado fiestas infantiles y ayudado con alguna mudanza. El banco no sólo le ahorra di nero, dice, sino que también le levanta el ánimo al permitir que se sienta parte de una comunidad que toma algún tipo de acción positiva en tiempos difíciles. En momentos en que los líde res de Europa luchan con una crisis económica de cinco años que cargó a España con la mayor tasa de desempleo del mundo industrializado, los jóvenes españoles están adoptando cada vez más este tipo de iniciativas básicas para arreglárselas. Las diversas medidas --algunas comúnmente asociadas con las economías rurales o zonas de desastres-suplementan la red de seguridad pública que se está viendo corroída por los programas de austeridad del gobierno. Además de los bancos de tiem po, incluyen el surgimiento de mercados de trueque en los barrios, monedas locales diseñadas para estimular la abatida economía minorista y redes benéficas que reaprovechan bienes descartados. Un grupo ecologista lanzó recientemente Huertos Compartidos, que asocia a dueños de terrenos baldíos con quienes están dispuestos a cultivarlos y compartir la cosecha. La expansión de los bancos de tiempo resucita un concepto creado en Estados Unidos y Europa por los anarquistas y socialistas del siglo XIX, que querían poner a prueba su filosofía de que los precios de los bienes y servicios deberían reflejar mejor la mano de obra necesaria para producirlos. El número de estos bancos en España --algunos operados por asociaciones de barrio, otros por gobiernos locales-casi se ha duplicado a 291 en los últimos dos años, según una encuesta realizada por Julio Gisbert, un banquero que dirige el sitio web Vivir Sin Empleo, que analiza iniciativas de ayuda mutua. Algunos economistas temen que el aumento de estos sistemas informales de intercambio esté arrastrando aún más a España a una...

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