Las tres caras de Venezuela

El pasado 5 de julio, 205 aniversario de la firma del Acta de Independencia, las dos caras más visibles de la Venezuela actual, la militar y la civil, pusieron de manifiesto lo que pareció ser el mayor y más peligroso enfrentamiento de ambos mundos desde el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.No fue, sin embargo, una actualización del viejo drama latinoamericano de la civilización y la barbarie.Cierto que la ausencia del presidente de la República, del Alto Mando Militar y de los demás poderes públicos en el acto protocolar de la Asamblea Nacional mostró al desnudo la inestabilidad política e institucional que reinan en Venezuela, a pesar de que para estos dos rostros del país lo más importante sigue siendo evitar que la crisis y la ingobernabilidad terminen provocando una confrontación irreversible entre los dos contrincantes.Mucho peor ahora, cuando la voluntad autocrática de Maduro lo ha llevado a desconocer, grosera y antidemocráticamente, la mayoritaria voluntad de los electores expresada con casi 8 millones de votos en las elecciones del 6 de diciembre.Consecuencia directa de ese esfuerzo común es que la oposición prefiera desde hace años no llamar las cosas por su nombre, y tuvo hace un par de días su más cabal expresión cuando Henry Ramos Allup, cuyo verbo incendiario lo convirtió de la noche a la mañana en figura clave de la oposición, justificó su retórico y diluido en frentamiento con el gobierno al hecho de que Maduro es un presidente holgazán, como si la violación sistemática de la Constitución, las leyes y los derechos humanos solo fuera fruto de la holgazanería presidencial. Un esfuerzo inexplicable, compartido por un sector de la dirigencia opositora encerrada en la trampa de los lugares comunes para no verse en el trance de tomar el toro por los cuernos y caracterizar correctamente al régimen y a Maduro de lo que realmente son.La vergüenza que despierta lo ocurrido el pasado 5 de julio apenas es un saludo de ambos contrincantes a la ban dera. Lo decisivo de la lucha política en estos momentos postreros del proceso que se inició con la frustrada intentona golpista del 4 de febrero no es una falsa polarización del gobierno y la oposición.Ni siquiera entre el mundo civil y el...

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