Veinte años todos los domingos

  1. El secuestro del país conducido con mano militar se fue dando poco a poco. He recurrido muchas veces a una imagen zoológica para explicar lo que ocurrió una vez que Hugo Chávez tomó el poder.Los golpes de Estado, las dictaduras militares, las revo luciones comunistas son como el zarpazo del tigre. Repentinas. Rápidas. Sangrientas. Sin miramientos éticos ni simulacros democráticos.Los neoautoritarismos es la manera como denomino a la dictadura con antifaz democrático del presente venezolano son, en cambio, lentos, pausados, camuflados de libertarios. De poca sangre inicial. Se parecen más al abrazo de la boa constrictor, que asfixia lentamente a la víctima sin que ella pueda responder.La manera como se realizó el secuestro de la nación venezolana hay que mirarla como una saga, articulada y secuencial, de tenazas que se fueron cerrando poco a poco hasta dejarnos casi paralizados e indefensos.Una tenaza política que fue acorralando todas las ma neras de hacer oposición. Una tenaza mediática creando una voz única dominante. Una tenaza ideológica que construyó una nueva versión de la historia patria. Desvalorizando lo civil y valorando solo lo militar. Degradando lo individual y ensalzando solo lo colectivo. Y lo estatal. Una tenaza económica, con el control de cambio como manopla de torturador, que fue minando la economía productiva privada. Y una tenaza policiaca-militar que convirtió al país en un gran centro de vigilancia, control y reclusión. En una cárcel que, desde lejos, no lo parece.El peculiar coctel ideológico e histriónico sobre el que se sustentaba la puesta en escena de Hugo Chávez todo lo permitía. Unas gotas de cristianismo primitivo. Otras de mito de guerrillero guevariano. Unas más de marxismo dogmático. Dos de nacionalismo militarista a lo Velasco Alvarado. Alucinaciones bolivarianas hijas de Mi delirio sobre El Chimborazo. Varias de antinorteamercanismo posguerra fría. Todo envasado en el formato de un show televisivo a lo Don Francisco, creando un personaje tan alucinante, estrafalario, seductor, demagogo y psicotrópico como no había existido ningún otro líder de masas en Venezuela.II. Lo que acabamos de leer es, palabras más, palabras menos, parte del texto que va en la contraportada de mi libro Una nación a la deriva que estará en las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR