«En Venezuela estamos obligados a hacer una telenovela muy blanca»

Cuando José Simón Escalona habla de teatro se siente su emoción. Es una devoción casi reli giosa la que este hombre tiene ante este arte, al que ha estado dedicado durante cuatro décadas como actor, director y dramaturgo. Pero sin prejuicios, también se emociona cuando habla de las telenovelas, sus hijas menores desde hace dos décadas. Escalona es un hombre de olfato que ve oportunidades donde para otros solo hay crisis. El año pasado, luego de dos bajas profesionales --en enero entregó al Estado la sede del grupo Theja, y ese mismo mes RCTV Internacional, donde se desempeñaba como Vicepresidente de Dramáticos, Variedades y Humor, perdió su señal--, se sintió profundamente deprimido. Pero no se paralizó. Luego de estudiarlo bien, en abril de este año puso en marcha Épica, productora independiente que formó junto con dos socios. Han puesto su fe en el resurgir de la telenovela nacional, esta vez en Televen, con productos hechos en alta definición para poder entrar en el mercado internacional a la altura de las circunstancias. En paralelo, reconoce los nuevos tiempos que corren para el teatro, donde lo comercial parece ganarle terreno a las grandes propuestas escénicas. El Theja ha sobrevivido con dos espectáculos que tenemos en nuestro repertorio que son fáciles de mover. Uno es De to do corazón y el otro De todos modos, que no tienen grandes exigencias técnicas ni muchos actores. En el interior, las hemos montado en salones de fiesta, hasta en un antiguo bowling, donde hemos tenido que utilizar micrófonos porque la acústica no daba. Ha sido distinto, pero interesante. Vivimos un cambio drástico con respecto al teatro al que estábamos acostumbrado, porque nosotros no lo hacíamos con un motivo comercial, sentencia. --¿Significó un duro golpe para usted asimilar ese devenir del teatro venezolano? --Con toda sinceridad, no solamente fue duro, sino que no termino de entenderlo plenamente. El Theja hace un teatro experimental que en algún momento fue difícil de asimilar. Pero en realidad es un teatro de propuestas, de búsquedas comunicacionales, de ideas, de ensayos sobre la relación del escenario y el público; todo ello es sumamente complejo y costoso, porque requiere más tiempo que un montaje comercial, que en dos meses está listo. Yo sigo distinguiendo entre el teatro de autor y el comercial pero, evidentemente, hay una nueva relación del teatro con el público, bellísima además, que es válida y ha hecho que sobreviva el teatro, y la gente que...

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