Ver a la gente crecer y tener éxito me da vida

Nina Novak sube las escaleras que van desde la sala de su casa hasta el salón de la academia que dirige. Lleva puestos unos zapatos verdes de tacón y una vitalidad que no corresponde a su edad. Mientras camina, habla. Y no se cansa. Acaricia una fotografía de Juan Pablo II Mi Papa, dice y señala los trajes que utilizarán los bailarines en El Cascanueces que presentará hoy y mañana en el Teatro del Círculo Militar. Al llegar, sus alumnas la abra zan. Su perrita también ha llegado a la clase y corre por el salón con un gato de juguete que chilla cuando lo muerde. Se llama Lala, que en polaco significa muñeca, indica la bailarina. Ella cambia sus tacones por zapatillas. Un solo movimiento suyo basta para callar la bulla del lugar. Suena la música y comienza el calentamiento para el ensayo. Lleva una falda de estilo puntillista, un suéter color crema, la boca de rojo y los ojos delineados, a pesar de que en días pasados un zancudo le picó el izquierdo. Sabe quién ha faltado a clase y las ciudades de las que provienen sus alumnas. Nada la perturba mientras enseña. Ya Lala abandonó el salón y sólo hay espacio para la disciplina. La profesora de origen polaco llegó a Venezuela en 1952 como primera bailarina del Ballet Ruso de Montecarlo y 10 años después se residenció en el país. Fundó en 1964 la Academia de Ballet Nina Novak y desde entonces no ha dejado de enseñar. Lamento que no se fomente el ballet clásico como debería, el Estado nunca lo ha protegido, creo que no es prioridad. Yo he hecho todo lo que he podido. Primer baile. Nina Novak co menzó en la Escuela de Ballet de la Ópera de Varsovia cuando tenía 8 años de...

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