Verdugos del agua

Un trámite de extran-jería me obligó hace años a pasar una consulta médica en un viejo hospital del distrito quince de París. En verano, fui atendido por un generalista vestido con húmeda camisa hawaiana y dientes picados, manchados de steak tartare y vino tino. Me pregunto si la proverbial falta de higiene personal con que se asocia a Francia, y a Europa en general, tiene que ver con la precariedad de las instalaciones sanitarias con que están equipados muchos de sus edificios residenciales, sobre todo los más antiguos. ¿O será que esa precariedad traduce la indiferencia de franceses y europeos a los placeres de la higiene personal? Entro a un apartamento de un suburbio parisino cercano al aeropuerto de Orly. Me piden quitarme los zapatos, empapados por un invierno que los ha convertido en limo por dentro y por fuera. Los dejo a la entrada, junto con los pares del resto de la familia. El edificio, construido a mediados de los años setenta, es una de esas obras de interés social salidas de la cabeza de un arquitecto formado en la escuela de la ecología urbana. Está desprovisto de radiadores de calefacción instalados sobre las paredes, remplazados con tubos de vapor que discurren a ras de suelo.En cuestión de una hora, mis zapatos tendrán la textura del cuero curtido.Como es invierno y se trans pira poco, el sistema excretor hace su trabajo por vía urinaria. Y es entonces cuando reparo en que la tecnología de afuera no tiene nada que ver con la de adentro. Apenas tengo espacio para tenerme de pie, para relajarme y dejarme drenar.Todo movimiento debe ser fríamente calculado. Procuro disciplinar mi claustrofobia. La ama de casa es estricta y mantiene su baño bajo un orden delicado que puede desbaratarse con un soplo: el inodoro al lado de un lavamanos ínfimo, enfrente de una esquina de ducha limitada a un cuadrado de cerámica de sesenta por sesenta centímetros. Se me ocurre la idea extrema de ser sepultado vivo. Me llega a la mente aquella cancioncita de Sui Generis: Y rasguña las piedras.Un baño así...

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