El Niño-La Niña

El ritmo intermitente e incesante de la naturaleza impone una variación cíclica de sus propiedades y de sus manifestaciones. En particular, el aire y el agua que nuestro planeta posee, tienen sus propios pasos, sus propios ciclos. Las mareas, la lluvia, los huracanes, las sequías, las crecidas, las estaciones, los tornados, el invierno, el verano, las inundaciones, las corrientes marinas, las nevadas, las tormentas de polvo, el viento, el calor, el frío, El Niño, La Niña, etcétera, van y vienen, se alejan y retornan, con diferentes lapsos e intensidades, en un intercambio intrincado y complejo de energía, movimiento y masa. Dentro del limitado entorno de nuestro ambiente más cercano, podemos sentir o percibir directa o indirectamente las fases de eso ciclos. Los pescadores peruanos del siglo XIX, que venían notando y comentando sobre una contracorriente costera cálida que baja de vez en cuando, después de Navidad, hacia Ecuador y Perú, y que ahuyentan a las anchoas porque se quedan sin alimento, obtenido, por medio del zooplancton y fitoplancton marino de aguas frías, nunca se imaginaron que estaban ante una de las manifestaciones regionales de un viejo fenómeno climatológico de globales proporciones conocido hoy en día como El NiñoÂOscilación Sur ENOS. Los eventos meteorológicos extremos ocurridos en Venezuela en las últimas décadas, han venido ocasionando impactos ambientales considerables con la mayor consecuencia social, económica y política jamás vista en toda su historia, debido a una creciente vulnerabilidad por el grave deterioro de las estructuras socioeconómicas. Por la naturaleza misma de su propia climatología tropical, Venezuela se caracteriza por tener anualmente temporadas lluviosas invierno y una sola temporada seca verano, las cuales han recibido mucha atención y han sido estudiadas detalladamente. Como consecuencia, tales eventos extremos amenazas son del tipo de extraordinarias sequías y del tipo de abundantes precipitaciones, siendo estas últimas causantes de grandes inundaciones y deslaves como los ocurridos en 1987 en Aragua, en 1999 en Vargas, en 2005 en Mérida y a finales de 2010 en todo el país debido, presumiblemente, al fenómeno inverso: La Niña. Varias han sido las causas que se han expuesto para explicar el origen de estos eventos extremos y ENOS es una...

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