100 días de incertidumbre para el inicio de las olimpiadas

Dentro de 100 días se realizará en el histórico estadio Maracaná la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río, los primeros de Suramérica. Tradicionalmente, la disputa de la máxima cita deportiva ha servido como distracción para eventos críticos. Esta vez podría ser distinto.

Brasil enfrenta la peor crisis política y económica de su historia reciente y su presidenta, Dilma Rousseff, ni siquiera sabe si podrá dar el discurso de apertura en el Maracaná el 5 de agosto. Un impeachement podría apartarla del cargo por seis meses.

El conflicto ha dejado en segundo plano la incertidumbre por la seguridad en una de las ciudades más peligrosas del continente, el retraso en las obras del velódromo (y las del metro) o la preocupación por el virus zika y los niveles de contaminación de la bahía Guanabarnaca.

Pese a las tribulaciones, el Comité Olímpico Internacional ha mostrado una cara tranquilizadora. La semana pasada, durante el encendido de la antorcha, el presidente Thomas Bach trató de enviar un mensaje conciliador: "Estos Juegos Olímpicos serán un mensaje de esperanza en tiempos difíciles".

Una eventual suspensión o destitución de Rousseff no afectará el desarrollo de los Juegos. El compromiso fue asumido por el Estado brasileño, que garantizará su realización. En el peor de los casos, será el vicepresidente Michel Temer quien esté en la apertura.

¿Y Venezuela? La delegación...

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