El Estado aún no indemniza por siniestro de Conviasa

Hace un año, la vida de Christian Rivas cambió completamente. El lunes 13 de septiembre de 2010, la mujer tomó un avión para ir de Margarita a Puerto Ordaz con su amiga Elibeth Ibarra, luego de pasar el fin de semana en la isla.

Cuando entraron al avión de Conviasa, un ATR-42 siglas YV1010, la azafata le asignó a Ibarra un puesto cercano a la cabina del piloto. Rivas quedó en el asiento 5-D, junto a la ventana, cuya ubicación le permitió estar entre los 34 sobrevivientes del vuelo, que se estrelló en los patios de Sidor de Puerto Ordaz. Su amiga fue una de las 17 personas fallecidas.

Rivas reconoció que Conviasa ha costeado los gastos por el tratamiento al que ha tenido que someterse por las quemaduras en todo su cuerpo, pero hay otros daños que para ella son irreparables.

"No puedo tomar sol. Debo llevar guantes todo el tiempo.

Antes era jefa de ventas de una empresa, y luego me transfirieron a un departamento donde no tengo contacto con la gente. Tengo mucho sufrimiento", expresó.

Dos pesquisas, un caso. Con- viasa, línea bandera del Estado venezolano, aún no ha comenzado el proceso de indemnizaciones por daños y perjuicios a los deudos de las personas que murieron y a los que, como Rivas, quedaron traumatizados.

Hay dos averiguaciones que se desarrollan simultáneamente. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil -dependencia de la Vicepresidencia Ejecutiva- designó una junta de investigación encabezada por la coronela de la Aviación Lorllys Ramos, que aún no se ha pronunciado. El Ministerio Público, por otra parte, nombró al fiscal aeronáutico José Gregorio Morales para determinar si hay responsabilidades penales en...

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