11 de mayo

El recuerdo de lo vivido tal día como hoy en 1968, sigue siendo angustioso. Los estudiantes de todo el mundo se solidarizaron con los parisinos y a medida que avanzaba el día se sentía el despertar efervescente de la furia desatada por las mentiras, la ambigüedad y la represión. Los acontecimientos de los si guientes días fueron una mezcla de golpes de timón político sin contenido estratégico por parte del gobierno de Charles De Gaulle y de George Pompidou, y de insistencia y constancia creciente de descontento por parte de estudiantes y trabajadores. De Gaulle huyó a Alemania. Regresó y ganó adeptos. Pactó hasta con el Partido Comunista. De estar al borde de una conflagración sangrienta se pasó, en poquísimo tiempo, a nuevas elecciones parlamentarias y a un triunfo reforzado de los gaullistas. ¿Qué más pasó? Nada más. No crean ustedes que es sólo en Venezuela que no pasa nada luego de una rebelión. Las fuerzas de la inconsistencia, la impresión del boato, la palabrería o retórica populista, el apoyo de los cómplices voluntarios y el de los ingenuos, sirven de base a la perpetuación de más de lo mismo. Somos capaces de mostrar nuestro descontento, pero siempre hay quien lo orienta hacia su asador. En estos días se viene hablando, insistentemente, de la triste, mal hadada e implacable condición de salud del presidente Chávez y las varias posibilidades que plantearían tanto su muerte como su retiro del Gobierno o de las elecciones venideras. Por supuesto que tales...

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