El 8 de octubre

  1. Un acto fundamental de la democracia lo representa la cuenta que sirve para precisar vencedores y vencidos después de una consulta a los ciudadanos. Así, el 7 de octubre hemos sido convocados para que determinemos el total de una suma y, mediante ella, digamos quién será el presidente durante el próximo período constitucional. Seremos convocados, pues, a un acto que nos hace a todos iguales, al margen de tantas cosas que nos vuelven disparejos en la vida. En nuestra escogencia de ese día la computadora no procesará motivaciones ni sentimientos, sólo la decisión individual de cada elector, anexada a la de otras miles de personas. II. En ese momento la expresión básica de la democracia es apenas una cifra que expresará una mezcla Âcomo salida de una licuadora que recoge el parecer de personas que sufragaran conforme a ideologías, expectativas y sentimientos diferentes, hasta contradictorios, aun cuando lo hayan hecho por el mismo candidato. Una cifra que muestra, así pues, distintos tipos de voto: el voto castigo, el utilitario, el esperanzado, el acomodaticio, el escéptico, el partidista, el lleno de miedo, el me da igual cualquiera, el fulano me cae bien y paremos de contar, emitidos por obreros, desempleados, profesionales, deportistas, académicos, hombres, mujeres, homosexuales, veinteañeros, sexagenarios, cada cual con sus disímiles maneras de mirar el país y de imaginar su vida futura dentro de él. III. El número obtenido dibujará, así pues, la distribución del poder, y precisará cuál es la mayoría. Pero tal hecho no debe dar a entender que el triunfador se lo lleva todo, que tal número le otorga el poder absoluto, como si significara, por sí sólo, un cheque en blanco para el gobernante elegido. Al contrario, la democracia supone un compendio de reglas, conforme al cual se establece un manejo balanceado del poder, impensable si no se le da el importante espacio que les corresponde a las minorías. En fin, la democracia no se fundamenta sólo en la agregación aritmética de preferencias traducidas en votos, sino en una cade na interminable de eventos que requieren de la participación ciudadana y de la deliberación entre ellos acerca de los asuntos colectivos. Allí anida, en gran parte y no sólo en el sufragio...

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