La oposición de la oposición

Visto en un primer plano, la oposición venezolana recibió el pasado domin go una aplastante derrota. El país, como alguien dijo, amaneció el lunes más chavista y militarista, habría que añadir que nunca. De las cinco gobernaciones que la oposición había obtenido hace cuatro años, apenas mantuvo una. Y es precisamente esa gobernación, Miranda, la que permite también decir que hay derrotas aplastantes que no lo son tanto, y que, al considerar todos los factores que participaron en la contienda, bien parecen victorias. En Venezuela, quien quiera hacer política contra Chávez tiene ante sí a un enemigo formidable que pareciera querer convertir a todos los opositores en polvo cósmico. De hecho, en estas últimas elecciones del 16-D casi lo logra. En el caso de Miranda, después de dos meses y una semana de un trabajo de demolición de la figura de Henrique Capriles, por poco se sale con la suya y consigue derrotarlo. Pero, como los grandes, Capriles tenía más reservas de las que le suponían y concretó algo más que un enorme triunfo político, hizo un milagro contra esa fuerza maligna. Que conste que no me estoy refiriendo al chavismo en fin de cuentas ese era su trabajo; el enemigo más encarnizado de Capriles, el que casi consiguió el domingo pasado descarrilarlo de su camino es la oposición de la oposición. La oposición de la oposi ción está formada por los que desde la noche misma del 7 de octubre se empeñaron en desconocer el liderazgo de Henrique Capriles basados en una alucinación más o menos de este estilo: Chávez se va a morir y yo o mi candidato o partido o grupo o qué sé yo sí tengo chance contra el sucesor.Desde entonces, comenzando por la decisión de reconocer la victoria de Chávez y continuando con la decisión de ser el candidato de Miranda, HCR ha sido fustigado de la peor manera públicamente, las menos de las veces, y de manera subterránea la mayoría, la que se repite ad infinítum en todos los corrillos donde los integrantes de la oposición ejercen alguna autoritas política o intelectual y con una saña ni siquiera usada contra Chávez. Capriles ha sido criticado hasta por afirmar a mi juicio con la dosis precisa de malicia que no de seaba que Chávez muriera sino que se curara, que se encargara de la Presidencia y cumpliera las promesas que hizo durante su campaña. ¿Qué querían, que dijera que deseaba la muerte de Chávez...

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