Opacidad

Cierta o no, la anécdota se escucha en innumerables versiones y disímiles situaciones de fragili dad institucional, de violaciones constitucionales, de golpes de Estado o usurpaciones de poder, por regla general referidas a América Latina o a países del variopinto continente africano. En el presente venezolano se le atribuye a Nicolás Maduro, quien habría afirmado en su breve alocución en la Asamblea Nacional: En estos años heroicos de la revolución bolivariana con nuestro comandante Presidente, líder máximo de Venezuela y de todo el continente, nuestro país estuvo al borde del abismo; ratificado como he sido por el Tribunal Supremo de Justicia en el cargo de vicepresidente, me comprometo a dar un paso adelante. La alusión a Maduro es fiel a la tradición de la anécdota de marras pero, ciertamente, en el caso venezolano deberíamos pensar en su versión coral: partido de gobierno, AN y TSJ, los cuales, sobrevenida la enfermedad del comediante presidente, han decidido gritar al unísono, damos un brinco adelante. Destacados juristas, académi cos y politólogos han analizado lo nefasto y violatorio del espíritu y letra de la Constitución de estas decisiones y fallos que obvian el acto de la juramentación del presidente electo Hugo Chávez como formalidad esencial para el ejer cicio de su nuevo mandato y colocan a Maduro como jefe, coordinador o vocero de un gobierno usurpador. De igual manera, los actores políticos democráticos han condenado las actuaciones de Diosdado Cabello y de Luisa Estella Morales, cabezas visibles del complot institucional contra la decisión soberana del 7-O se eligió a Chávez no a Maduro aunque la diversidad de opiniones y puntos de vista no favorece la cristalización oportuna de una estrategia de lucha común. Pero de lo que no queda duda es la realidad política objetiva que tenemos enfrente: un golpe de Estado constitucional. En medio de este maremágnum de interpretaciones, el ciudadano común navega desconcertado, sin una clara comprensión de cuanto ocurre, saturado de disertaciones legales e interpretaciones contrapuestas, en cierta medida inmune a las frecuentes violaciones de la carta magna y a la bastante heterodoxa manera de gobernar de Chávez, pero particularmente abrumado por una campaña propagandística para el culto a la personalidad del Presidente enfermo, a niveles extremos de obscenidad en el manejo de los recursos públicos, cuyo eje es la opacidad...

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