Desde lo blanco y negro. La fotografía de Alfredo Cortina

A pesar de la vorágine que ha caracterizado la historia de nuestro país desde los tiempos en que este artista creaba su obra hasta el día de hoy, contemplarla implica meditar acerca de la venezolanidad, o al menos sobre la permanencia actual de la belleza y sublimidad de los paisajes venezolanos. Tal vez da paso a que, inconscientemente, veamos su fotografía con una mirada idílica, romántica. Es el arte que en vida creó uno de los fundadores de la radiofonía y televisión venezolana, Alfredo Cortina, y que fue exhibido en la 30ª Bienal de São Paulo.

Hoy día se puede decir que Cortina es uno de los intelectuales importantes del país.

Se le recuerda con frecuencia por la variedad de talentos que tenía y por visionario.

Gracias a las figuras públicas que lo rodearon (sus sobrinas Ida y Elsa Gramcko y su esposa Elizabeth Schön, por mencionar algunos ejemplos), nos quedan testimonios de que en vida cultivó múltiples ejercicios: libretista, pintor, carpintero, fotógrafo. "Todo lo hacía con una facilidad como comerse un plato de sopa", rememoró una vez Elizabeth Schön. Sus escenas nos remiten a cualquier momento cálido de una tarde turística o colonial de esta tierra pero impregnada de ficción, de belleza femenina (aportada por su esposa, su modelo siempre) y llevada a la representación de otra realidad.

"Un Cindy Sherman anticipado" La visión que entrenó en los ambientes de la radionovela y la televisión queda anunciada y registrada en su expresión plástica, pues nos ofrece un paisajismo criollo aún vigente.

Desde lo blanco y negro, son escenas limpias, construidas casi como sets de filmación...

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