Las lágrimas no frenaron a Velázquez

Beycker Velázquez llegó una tarde llorando a su casa en uno de los bloques de Lomas de Urdaneta en Catia. Su entrenador le había dicho que no podía ser portero porque no era lo suficientemente alto. Aquello devastó al niño de ocho años de edad, quien jugaba en su hogar a que porteaba y se lanzaba ante disparos de pateadores imaginarios. Así me rompió un montón de recuerditos, contó Mariana Velázquez, la madre del arquero de la Sub 17.Pese a ser un niño, ya el guar dameta tenía una personalidad fuerte, por eso no le costó mucho reponerse cuando su madre lo inscribió en el Caracas. Antes de llegar allá había jugado como guardameta pero también como delantero. Una tarde, uno de los entrenadores preguntó quién quería portear y Velázquez levantó la mano.Me dijo: mamá como nadie la levantaba yo lo hice, dijo la madre.Jamás tiene nervios, rela tó Mervin Cuello, uno de sus compañeros en las categorías inferiores rojas. Me encanta su personalidad en la cancha, nunca le da miedo equivocarse, agregó Leonardo Macedo, otro de sus amigos, quien cuenta que, durante un partido, hizo una bicicleta ante un delan tero, lo que...

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