Incompetentes

Quien con alguna información elemental escucha las declaraciones de los diputados oficialis tas, de los sabihondos del gobierno y de los integrantes de lo que por licencia periodística y versatilidad del idioma se ha venido denominando gabinete económico, debe acordarse de lo exitoso que fue, en asuntos del sexo, John M. Keynes con su esplendoroso bigote de oruga, y de lo acertadas que fueron sus teorías y propuestas para resolver crisis peores que la venezolana.Obviamente, los voceros econó micos del oficialismo apenas tuvieron tiempo de abrevar en los manualitos de Marta Harnecker, inspirados más en el nazi Martin Heidegger que en El capital de Carlos Marx; con elucubraciones desechables tanto por su simplismo como por su inaplicabilidad.Para ocultarlo se escudan en un palabrerío hueco, absurdo, descoyuntado y ajeno a la realidad que pretenden disfrazar, mas no transformar.Entrenados en la lucha de ca lle, su formación no va más allá de aprender a manejar los autobuses y camiones capturados en las cercanías de la plaza Las Tres Gracias para saquearlos y quemarlos. Nada de la teoría del valor de cambio, nada del concepto del dinero, menos de la plusvalía, pero cómo les gustaba pronunciar esa palabra. Se sentían inteligentes, preparados para triunfar. Ahora, en las mieles del poder, se dividen en ideológicos y en pragmáticos, pero la única diferencia es su tipo de conexión con el mundo de las finanzas: las divisas y las importaciones inmateriales.Las dotes que presumen los ase sores cubanos son tan ausentes como real es que su país vive de la...

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