El impulso no es la dieta, es la esperanza

La esperanza se sienta a la mesa, hace flexiones, cocina, tiene sed. Es alimento imprescindible para la inteligencia, el corazón y los estilos de vida. Si no le parece así de importante, déjela a un lado. Tarde o temprano advertirá que monótona y triste es la vida sin ella. Por eso, al comenzar el año, bueno sería recordar que el impulso en enero no es la dieta, es la esperanza.La esperanza enseñaba Ray mond Aron cuando escribía sobre la libertad, cuando la izquierda caviar lo denostaba puede mover montañas. Las movió.Quienes creemos que la histo ria de las civilizaciones también se escribe con cuchara y tenedor, hemos aprendido de algunos maestros la necesidad de cultivar la esperanza. Que puede expresarse en cosas aparentemente simples: un café, o una taza de chocolate disfrutada con tranquilidad y seguridad en una terraza.Un plato de lentejas cocinado y servido con alegría. En una arepa o un pan bien hecho. Como los que amasaba en las madrugas el padre del poeta Eugenio Montejo, mientras el hijo escribía en un cuaderno y soñaba con ser poeta.I

Aseguran los sabios en alimen tación, que la esperanza por una vida mejor se puede medir observando escenarios de lo cotidiano. El mercado, y la nevera, por ejemplo.Sobre hacer mercado no ne cesita el lector recomendación ni comentario. Allí, el margen de esperanza es enorme. Afirman los especialistas en...

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