Leonardo Padrón y el mataor

Voy a contar una anécdota del escritor, poeta y mejor empatado, el imposible Leonardo Padrón. Nadie se imagina el otro yo del famoso y sortario seductor. Cuando era joven, apuesto y fornido, vivía en la ciudad de Maracay, lugar donde lo conocí hace como mil años. Yo tenía 17 y él era 20 años mayor que yo.El cuento de hoy tiene que ver con el mundo taurino, ya que Padrón es fanático de tan emocionante fiesta. En lo personal, no me llama la atención hombres peleando con toros, ya he tenido suficiente con los cachos que todas mis mujeres me han montado. Prefiero los toros de lidia, pero en bistecs y acompañados con enormes copas de vino.Un día, Leonardo me invitó a una corrida que se iba a celebrar en la Plaza de Toros de Maracay. Fui por curiosidad y para sentirme muy hombre al andar con alguien tan mayor.Pensé que veríamos las corri das desde las gradas, pero me sorprendí cuando nos metimos en el ruedo, separados del peligro tan solo por el burladero, una estrecha tabla de madera que sirve de refugio. Desde allí, el ya canoso poeta y otros privilegiados veían las corridas. Estaba muy emocionado por estar codo a codo con los grandes del toreo.Un matador, creo que mexi cano, hizo una faena extraordinaria que le valió orejas y rabo.Muerto el toro, varios fanáticos corrieron hacia la arena arengando al torero que había vencido a la bestia. Cuál no sería mi sorpresa cuando veo que Leonardo era...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR