Aberración tecnológica

Venezuela tiene el sistema de votación más avanzado del mundo. Un compendio de laptops, módems, captahuellas, terminales de votación, centros de totalización, satélites, entre otros artilugios que hacen posible que los venezolanos ejerzan una función tan básica como votar y luego contar votos.

La pregunta que se hace la mayoría de los ciudadanos es por qué tanta parafernalia tecnológica para un proceso en el cual sólo es necesario el concurso de la sociedad civil y la habilidad de éstos para contar votos y certificar los resultados.

Uno pensaría que en los países con mayor desarrollo tecnológico tendrían sistemas de votación similares a Venezuela. Pero la realidad es otra. Los países con las democracias más sólidas entienden que el acceso al voto debe estar libre de cualquier barrera, y esta incluye la tecnológica.

Es por ello que en los países democráticos el voto se mantiene manual, directo, secreto, con respaldo físico y conteo de 100% de votos. Mantener estas condiciones es una garantía indispensable de procesos electorales limpios y transparentes.

Levantar barreras al voto, instalando un proceso totalmente automatizado, que pone al ciudadano frente a una tecnología que rara vez utiliza, es una desconsideración al electorado. Muchos venezolanos tienen escasos conocimientos tecnológicos; necesitan ayuda para interactuar con cajeros...

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