Abrazos y deudas

La visita de los presidentes latinoamericanos y de los primeros ministros caribeños dejó un mal sabor. Venezuela sigue endeudándose de manera desordenada y sin razón. Todos los presidentes trajeron un reclamo. A todos se les complació con largueza, y a algunos con justicia, dígase la verdad. Al presidente Calderón, de México, por ejemplo. Varias empresas de inversionistas de esa nación fueron expropiadas o "nacionalizadas", y no les han cancelado las obligaciones. Tuvo que venir el propio jefe del Estado a pasar la factura. Da pena. Pero estos son los dictados de la realidad.

Nada que hacer. Tres jefes de Estado hicieron sus visitas preliminares. Era lo aconsejable, si se trataba de ajustar cuentas, de vender y ofrecer todo lo que los catálogos permiten en países donde se produce, donde la empresa privada no sólo disfruta de garantías y libertades y apoyos oficiales, sino de facilidades para competir. Primero vino el presidente de Colombia. Obtuvo un acuerdo sobre tarifas arancelarias que beneficia a la nación que produce. Colombia no tiene la culpa de que Venezuela sea un país estéril, ese es nuestro asunto. Nos venderán 50.000 cabezas de ganado. Qué lástima que los venezolanos no podamos vender nada a los colombianos.

Vinieron casi simultáneamente doña Cristina y doña Dilma, 2 inteligentes mujeres que representan a Argentina y a Brasil. Compiten por vendernos, y ambas a un tiempo trajeron sus ofertas. Según las versiones de la prensa, indirectas, fragmentarias, no oficiales, fueron suscritos decenas de acuerdos. Nadie sabe...

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