La absurda confrontación presidencial

La diatriba ácida en tre los dos presidentes de Colombia, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, es un tristísimo espectáculo al que Colombia asiste con vergüenza y los ajenos lo miramos atónitos y con incomprensión. En la Asamblea Nacional de la tolda de la U los partidarios de uno y otro mandatario se dieron banquete. Nunca se encontraron los dos jefes de Estado frente a frente en este evento, pero no por ello los golpes al otro fueron menos duros. A Santos se le escucharon frases muy destempladas en las que sin nombrar a su predecesor le hizo pistolas con los dedos de los pies. No vengo a un pugilato como un rufián de esquina a demostrar quién es el que manda en el barrio, dijo el actual presidente de Colombia. Pero Uribe no se quedó atrás y propinó a su hoy adversario unos cuantos derechazos certeros. Aseguró que las Fuerzas Armadas estaban desmoralizadas y que el proceso significaba impu nidad. Además, mencionó uno a uno los motivos por los que la política de seguridad de su sucesor es un fiasco para los colombianos. Refiriéndose a esa mis ma reunión política, el periódico El Espectador, el 28 de octubre, reseñó: A quien sí se refirió directamente Uribe en su disertación fue al presidente venezolano, Hugo Chávez, al que acusó de cómplice de la guerrilla. Si el discurso de Oslo era para la galería, puede ser que Chávez indique a las FARC que negocien, firmen un acuerdo para aprovechar la amplia impunidad ofrecida y, que a renglón seguido, él ayudará a financiar las elecciones para la toma del poder con la Marcha Pa triótica. Los nuevos y viejos totalitaristas saben utilizar las elecciones para tomarse el poder y también para no entregarlo. Entre los trapos no tan limpios que se sacaron los presidentes, Juan Manuel Santos, después de tildar a su colega de soberbio, reveló que el gobierno anterior buscó activamente dialogar con la...

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