¿Aburrida travesía" y II

Después de la resaca del 26-S, el tiempo es propicio para hacer un esfuerzo que nos permita encontrar un camino, primeramente en el campo del conocimiento, para interpretar de la manera más sencilla y sin recurrir a teoremas numéricos y proporcionalidades estadísticas ¿qué cosa pasó el 26-S?, como hecho condensante de cinco años de gestión gubernamental; pero, además, debemos exponer los referentes ideológicos-políticos que permitan comprender el significado coyuntural del mensaje expresado por los diversos actores incluido el de la jerarquía de la Iglesia Católica, colocado en perspectiva por Javier Biardeau que han definido sus respectivos posicionamientos en el proceso de cambio iniciado desde el año 1999 y, en tercer lugar, debemos hacer un esfuerzo pedagógico para explicar el sentido político que debe dársele desde ahora a la dirección del llamado proceso de cambio.

Es inocultable el hecho de que, por las vía de las elecciones parlamentarias, se impuso un quiebre en la pragmática rítmica de la revolución que nos lleva a interpelar los referentes sobre los cuales se fundamenta la noción de cambio, transformación, revolución y toda suerte de allegados sinónimos. En este contexto es un flaco servicio al pensamiento y a la acción socialista ver saltar a la pantalla chica en plan de maromeros ignaros a ciertos dirigentes para hacer gala de lo que no saben, sencillamente porque no lo han investigado y debatido junto con las comunidades; vociferan sobre lo que no han reflexionado ni sistematizado suficientemente. Algunos, en su hablar y en sus modos de vidas, se parecen cada vez más al filósofo marabino.

Es un insulto recurrente de no pocos socialistas hacer notables esfuerzos por infantilizarnos en sus verborreas sin sentido, vaciada del más mínimo pudor crítico. Estos suelen despachar con una simpleza ramplona las interpretaciones focalizando en los supuestos errores de los otros el no haber alcanzado la meta parlamentaria de 110 asam bleístas: el pueblo que se deja manipular, la indisciplina partidista, la desorganización comunitaria, la falta de formación ideológica y política, la ausencia en la necesaria militancia, etc. Sin embargo, todavía no vemos una...

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