El acto de fe en la fotografía de Luis Brito

Días antes de la inauguración de Espíritu expuesto. Antología fotográfica de Luis Brito , Sa la TAC de Trasnocho Cultural, Caracas, abierta hasta el 16 de junio, este incansable fotógrafo tuvo un encuentro con la prensa. Aunque el hecho suena muy formal, el espíritu que Luis Brito tiene y expuso hizo de este conversatorio un escenario cómodo en el que se dio a conocer más en su esencia como creador; también nos permitió soltar carcajadas en la medida que surgía su habitual espontaneidad, simpatía y mordacidad.No pierde de vista comentarios atinados acerca de muchas cosas, sobre todo respecto a la importancia de su esencia como ser humano, como amigo y como venezolano. Mi fotografía es un compromiso conmigo mismo, es un compromiso con mi época, con mi tiempo y fundamentalmente con el ser humano. Le importa él mismo como persona, su obra, su lenguaje fotográfico, sus amigos; le importa muchísimo su país. Su curador y amigo, Antolín Sánchez, le acompañaba a un lado, aportando ideas y anécdotas acerca de la obra, del artista y del enfoque curatorial. Quedaba evidente la amistad simbiótica que existe entre ambos fotógrafos.Sin mayores preámbulos se abre la conversación y Luis Brito nos comenta: En el 75 asumo la fotografía no solamente como trabajo sino como cosa de vida, como aquello que me alimenta. Hay cosas que no podía hacer, me hubiese gustado ser escritor, haber sido músico.A partir de esa fecha asumo la fotografía como una forma de lenguaje. Brito sigue narrando hasta decirnos que considera que su serie Los desterrados significó para él no sólo su inicio como fotógrafo sino una especie de exorcismo. Rememora que en aquella época salió a fotografiar con una cámara que le había prestado Vladimir Sersa y fue directamente a la Semana Santa en Santa Teresa y San Francisco. ¿Por qué fui? No puedo decirlo, no se cómo decirlo. A principios del 75 comienzo a hacer la serie Los des terrados y mucho tiempo des pués descubro que esta serie tiene que ver con ese exorcismo. Lo que pasa es que yo me negué a hacer la primera comunión porque pensaba que el cura me pegaría y me daría coscorronazos, entonces tenía miedo, tenía pesadillas con el diablo y con un montón de cosas. Yo soy un individuo de pueblo, que vengo de un pueblo.Asumo la vida, la muerte, la religión... que es lo que asumen los pueblos. Me di cuenta, muchísimo tiempo después, que lo que hice fue botar fantasmas que tenía con la religión.Sus pinitos en la fotografía se los debe al mundo...

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