Adiós a la CAN

El próximo 21 de abril termina la vigencia de los derechos y obligaciones de Venezuela en la Comunidad Andina de Naciones. Hace cinco años, el Gobierno decidió retirarse de ese pacto subregional, en un arranque de histeria del comandante Presidente, y se echaron así por la borda casi cuatro décadas de participación en uno de los más hermosos y exitosos procesos de integración que se han realizado en América Latina.

En ese entonces se nos dijo que la incorporación en Mercosur, otro esfuerzo encomiable, compensaría los efectos negativos de aquella decisión. Pero ha transcurrido también un lustro y Venezuela no termina de ser admitida como miembro pleno en el acuerdo de integración de los países del sur. Ahora se nos promete una vaga alianza con Ecuador y Bolivia, naciones a las cuales el actual gobierno aspira a tutelar.

Las consecuencias inmediatas de la salida de la CAN, si bien son negativas, no serán catastróficas. Porque el comercio con los países miembros, particularmente el otrora muy pujante con Colombia, ya ha sido desmantelado, y porque para Venezuela, que hoy en día prácticamente no exporta nada distinto del petróleo, la pérdida de mercados se sentirá poco en el corto plazo.

Pero las consecuencias económicas y políticas de mediano y largo plazo serán inmensas. Porque de esta manera se profundiza el aislamiento del país y se renuncia a los instrumentos serios e institucionales con que se contaba para ahondar las relaciones con los países vecinos. Ahora el régimen sólo podrá buscar acercamientos mediante costosas donaciones, que sólo los gobiernos venales están dispuestos a aceptar.

Tan...

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