La adrenalina que se siente en un playoff es única

Ha disputado 14 temporadas en la LVBP, la mayor cantidad entre los jugadores acti vos de los Tigres de Aragua, y eso, a pesar de que la mayoría de sus hits han salido cuando viene de la banca.Es uno de los bateadores emergentes de mejor reputación en la pelota venezolana y uno de los últimos albaceas que quedan en Maracay de la última dinastía, la más férrea que se haya visto en este beisbol.Es Alex Núñez. Un pelotero sabe ganar. Porque esa habilidad existe y, afirma, también se entrena.Fueron 10 finales. Ganamos seis. Perdimos dos en siete juegos y agregamos un título en el Caribe, recuerda con seriedad.Dejamos un legado.-¿Qué garantiza el éxito en esta pelota? Aragua tiene hoy en su roster a siete grandeligas. -Ese estatus no te garantiza el triunfo. Lo demostramos nosotros, y no hablo de una temporada, hablo de 12 años, contando las tres finales que perdimos.Casi ninguno de nosotros tuvo apariciones en las Grandes Ligas, pero pudimos hacer los pequeños ajustes contra grandes equipos llenos de bigleaguers.Por eso pienso que hoy, a este equipo lleno de grandeligas le toca hacer los ajustes para poder llevarse el campeonato.-¿Cuáles son esos pequeños ajustes que se necesitan para ganar? -A Miguel Cabrera y Héctor Giménez les pitcheaban muy poco, porque eran jonroneros.Pero los demás no lo éramos.Así que debíamos hacer nuestro juego. ¿Cuál era? Salir a buscar un pitcheo. ¿El mejor envío del tipo era un cambio? Vamos a salir a buscarlo. Todos los bateadores salíamos a buscar ese pitcheo. Dejábamos pasar rectas en el medio, para que el tipo tirara su mejor envío, el cambio. Y ese era el que estábamos buscando. No sólo yo, también Martín Pérez, Alex Romero, Luis Maza, que era un especialista. El pitcher se sentía abrumado en su dinámica, porque el daño se lo estábamos haciendo con su mejor herramienta y dejábamos pasar su debilidad. Le cambiábamos la perspectiva a su juego. Y después del quinto inning, la cosa era otra: vamos a dejarle pasar el cambio y le esperamos la recta. Nuestros rallies eran en un inning, con dos hits, un boleto, un rodado, un fly de sacrificio y un hit. Éramos jóvenes y muy hambrientos. No teníamos nada que perder y sí mucho que ganar. Le pasamos por encima a la presión, que no estaba de nuestro lado, sino del lado contrario. Porque un equipo de grandeligas mediáticamente no podía perder contra nosotros, unos muchachos que sólo tenían uno o dos bigleaguers.-¿Cuán importante es saber dominar la presión? ¿Eso existe...

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