El aforismo visto aforísticamente

Sin mayores explicaciones, comencemos por aseverar que, simultáneamente, un aforismo es la eficiencia máxima de una idea, es el esplendor más elevado de un sentimiento y la suprema síntesis de una intuición. Generalmente es una mezcla de lo dogmático con lo afectivo, de lo sorpresivo con lo atrevido. Representa el instante de un desahogo, el momento detenido de una idea, la congelación de una cláusula. El aforismo encarna el sec tor subrayable de un texto, el fragmento más comprimido, el concentrado más comprensivo. En él, la fascinación de cada palabra se pesa, por eso no le da cabida al vocablo que sobra. Sólo se hacen presentes los términos que reclaman un resaltamiento. Es una dimensión inversamente proporcional a su longitud. El aforismo pretende ser una conclusión absoluta, pero sin embargo, es apenas la premisa inicial de un recorrido que siempre se prolonga. Es una certeza experimentada en un furtivo instante. Es una impetuosa visualización que se convierte en sublime residuo. Es presencia que aflora con una irresistible energía y que se transforma en motivo de resurrección. Un aforismo es la erradica ción de un clandestino silencio. Es dar vida eterna a una confesión. Es el testimonio de un testamento o el testamento de un testimonio. Es la filigrana de una memoria que desea ser mil veces repetida. Más que pronunciamiento, un aforismo es estímulo para que los otros se pronuncien. Más que afirmación, es reclamo para que los otros se afirmen. Más que consagración, es huella para que los otros se consagren. Los aforismos que convier ten la ficción en esencia son diferentes a los que hacen de la esencia un motivo para la ficción. Los unos revelan una apariencia con fuerte contenido. Los otros se refugian en sub terfugios dudosos. Los aforismos no tienen pasa do ni futuro: siempre muestran el rostro de un presente, es decir, un instante que es la superlativa suma de lo inmemorial y de lo actual. Ellos no existen para generar nostalgias sobre el pasado ni ansiedades respecto al porvenir. Sólo presionan el aquí y sólo empujan el ahora. Un aforismo es un estatu to que cae imprevisiblemente en una circunstancia clave, en el umbral de una angustia, en el momento de un éxtasis, en el drama de una traición, en el punto de un remordimiento, en la tensión de una confidencia, en el desenlace amoroso, en la desesperada búsqueda de absolución y ante el terror de la muerte. Los aforismos actúan...

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