África, neocolonialismo utilitario

Las importaciones de África desde China se han triplicado en los últimos 3 años. 1 de cada 6 dólares pagados por productos de proveniencia externa va a parar a ese país de Asia, y sus inversiones en África superaron el año pasado 13.000 millones de dólares. La presencia china en suelo africano no data de mucho más atrás que en nuestro continente, pero su gravitación sobre la economía interna se percibía como bastante más preocupante. Hace una década el flujo de capitales empezó de una manera acelerada, pero vino precedido de un comercio devastador para las incipientes indus trias de ese vasto territorio. Desde entonces su presencia comercial se ha tornado aun más intensa. África está invadida por productos chinos que lesionaron los esfuerzos de los nacionales por competir en el bolsillo del consumidor. Pero un cambio cualitativo se ha ido experimentando. Quienes hoy están compitiendo con los artículos chinos son otras empresas provenientes del mundo desarrollado. Si la competencia no ha favorecido a los empresarios africanos, por lo menos ha logrado elevar la cadena de valor de los productos. Desde ensambladoras de tractores para el cultivo agrí cola hasta plantas para la fabricación de teléfonos inteligentes instaladas con capital chino son comunes en algunos de los países, que ha creado puestos de trabajo, provocado un flujo de tecnología, estimulado las aspiraciones del consumidor local y, a la vez, generado un ambiente de mejoramiento y de competencia industrial que solo puede ser bueno para los países receptores. Estados africanos han entendido que de ello es posible extraer un neto beneficio en la medida en que los locales pongan...

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