Agamben, Almela: lecturas paralelas

En una lección inaugural impartida en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia en 2006, Giorgio Agamben se pregunta, a quemarropa, en qué consiste la contemporaneidad y ese es el título del volumen donde recoge la conferencia: Che cos?è il contemporaneo? Ro ma: Nottetempo, 2008. Su respuesta, sutil, insinúa que ser contemporáneo implica una disonancia radical del sujeto insatisfecho con su tiempo, al cual se adhiere y del cual a la vez se distancia. Lo anterior exige una perseverante inactualidad crítica y una capacidad de captar, más que las luces del presente, su íntima oscuridad percepirne non le luci ma il buio. Creo que de un ate rrador intento de perseguir la lucidez entre las tinieblas ha surgido, precisamente, un libro de poemas que nos habla, como pocos, de nuestra inmediatez: Silva a las des venturas en la zona sórdida. Harry Almela, su autor, elige una manera de ser de hoy que coincide con otra paradoja de Agamben, para quien la contemporaneidad auténtica y lo arcaico mutuamente se necesitan la con temporaneità hanno il loro fondamento in questa pros simità con l?origine. El ejerci cio arqueológico de Almela se remonta a las Silvas america nas y a la fundación de la lírica moderna venezolana para producir lo que podría quizá describirse como su negativo, un testimonio descarnado del aquí y el ahora. Esa sombría reescritura, fruto de pasiones combativas, admite, no obstante, una cuota de introspección. Vincular lo inexorablemente dividido Desde el Bello que se enfrentó a la materia que la guerra de Independencia y sus consecuencias ofrecían, la poesía nacional ha estado signada por patrones dicotómicos que extienden con diversas adaptaciones y traducciones la lógica bélica en la cual surgió el campo cultural del país. A las polaridades de lo nuestro-lo ajeno o lo genesíaco-lo decadente se sumaron otras que han continuado sustentando la autoridad reclamada por los escritores, hasta llegar en 1981 a las muy conocidas pugnas de lo diurno y lo nocturno con que el Sí, manifiesto de Tráfico intentó legitimar la irrupción solar e higiénica de grupos juveniles en una sociedad letrada donde el tardío surrealismo postvanguardista se había fosilizado. Luego de una trayectoria semejante, la revisión esbozada en Silva a las desventuras...difícilmente podría considerarse como sátira ingenua: se nos invita, por el contrario, a explorar el envés de una historia cultu ral y a hacer del pasado un día a día vivo que descarte los...

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