Agotado y en observación

El 7 de octubre se decidirá el destino del país. Los venezolanos escogerán, en es ta elección trascendental y no sólo para Venezuela sino para la región, entre la continuidad de un régimen militarista y totalitario, a la vez que injerencista, y un gobierno democrático incluyente que garantice el progreso en libertad. Chávez se muestra agotado. Su mensaje no emociona, como quizás una vez cuando algunos confiaron en él. Perdió la calle, ahora tomada por la renovación y la esperanza del cambio y del progreso. Los desaciertos del régimen son innumerables. Un fracaso que para muchos responde a una política estructurada de destrucción, para dar paso a la fundación de una nueva sociedad basada en una ideología decimonónica: el socialismo del siglo XXI. El régimen bolivariano, para llevar a cabo su plan, ha recurrido a la división del país, al secuestro de las instituciones y, por supuesto, a la violación sistemática de los derechos humanos, en especial, los derechos fundamentales, el dere cho de pensar y de expresarse libremente y de informar y ser informados, aunque se toleren algunos medios y articulistas para mostrar su vena democrática al mundo, tal como lo dijera Teodoro Petkoff, vía teleconferencia, en la reunión del Subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, en Bruselas, que examinaba la situación en Venezuela, el pasado 17 de septiembre. La persecución, el procesa miento de los opositores, el abuso de poder en medio de la mayor impunidad y en complicidad con las instituciones del Estado, preocupan a la comunidad internacional, como se evidenció en la reunión del subcomité, en la que participó Marcel Granier, cinco años después de que el órgano europeo adoptase una resolución de condena por el cierre arbitrario de RCTV. Los eurodiputados, como lo pudimos apreciar quienes asistimos a la sesión, están claros. La democracia en Venezuela está en peligro. Los populares y los verdes europeos, en desacuerdo absoluto con las arbitrariedades del régimen bolivariano. Los socialistas y democráticos en su inmensa mayoría condenan la forma de gobernar de Chávez. Una gran diferencia entre socialdemocracia y socialismo del siglo XXI. Sólo algunos sostienen la revolución bolivariana, entre los muy pocos, el ultraizquierdista español Willie Meyer, quien revive, con su apoyo a Chávez, los gobiernos militares del siglo...

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