Aguja e hilo, Capriles

Gano usted el domingo pasado las primarias, un evento cu ya trascendencia es imposible exagerar, entre otras cosas por la masiva asistencia a las urnas y por el tono moderado de la mayoría de los votantes, el cual redujo a 10% los candidatos que se la jugaron por el radicalismo. Ganó, cierto, pero le toca ahora recorrer un largo camino que, como cualquiera sabe, no se encuentra bien asfaltado, sino lleno de piedras y huecos, incluso con mala señalización, y con ello no me refiero, sólo, al descomedido ventajismo gubernamental, del cual ya empieza a tenerse muestras, aun cuando, según las normas, la campaña electoral todavía no se ha iniciado. Tarea dura la suya, entonces, aunque cuente, para encararla, con el viento a favor de casi 2 millones de sufragios. La agenda, incluso vista por encimita, se ve, así, pues, harto complicada, con varios temas insoslayables, cuyo trato supone sudor e inteligencia política y, no descartemos, testículos. De ella entresaco 5 puntos que revisten, me parece, una enorme significación. I. Empezar a robustecer la uni dad de la oposición, atender con rapidez las fisuras naturales que pudieran haberse causado en una disputa democrática que involucró, no únicamente al puñado de candidatos presidenciales, sino a mil y tantos aspirantes a alcaldías y gobernaciones. Aguja e hi lo, pues, para coser las roturas y, por si hicieran falta, curitas para sanar heridas y superar arrecheras, una faena imprescindible porque la oposición no se puede dar el lujo de ir disminuida, eso se tiene bien escrito desde hace rato. II. Hilvanar, así mismo, un men saje Âmás importante que el mismo programa capaz de convencer y seducir a un electorado muy heterogéneo, cuyas expectativas son distintas y cuya disconformidad con la gestión del presidente Chávez tiene motivaciones muy disímiles. La prédica liberal, por llamarla de alguna manera, eje del mensaje opositor, no arropa, con todo lo importante que pueda ser, a vastos sectores de la población. III. En particular, hacer creíble, a fin de que no parezca hueco ni extraño en sus labios, un discurso social cuyo dueño, en los...

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