Defendiéndose del alcohol

Apesar de que el Confucionismo y el Taoismo en China han preconizado por siglos la moderación, la adopción progresiva de costumbres y actitudes occidentales en las tres últimas décadas por su sociedad ha provocado el abandono de los protocolos de la mesa china. Es una tradición entronizada que al reunirse para brindar y beber, los chinos den más importancia a la persona con quien beben juntos que al licor que consumen. En Occidente, por el contrario, es la bebida el centro de interés y no las personas con las que las gentes se juntan para libar. La influencia de la cultu ra occidental ha hecho que en la medida en que se han vuelto corrientes las celebraciones fuera de la casa y esta socialización sustituye gradualmente la reunión familiar, el apego y respeto por los comensales ha migrado y hoy se sobredimensiona, al igual que en Occidente, al alcohol como el eje de las reuniones. Las autoridades están hoy acusando el golpe que representa un consumo social más acentuado de licor que se traduce en creciente violencia familiar y callejera y en mayor número accidentes de tránsito. Un paso importante se dio este año, entonces, al aprobarse, en mayo, la en mienda del Código Penal para incluir entre los delitos el de manejar embriagado aun sin haberle causado un daño a otra persona o a la propiedad de un tercero. Hace 10.000 años, China, como uno de los tres centros agrícolas del mundo junto con Oriente Próximo y América Central, era el país con la mayor producción de cereales. Una amplísima variedad se producía en muy altos volúmenes, los que además de cubrir las necesidades del pueblo, generaban los excedentes que se convirtieron en el cimiento de la producción de licor blanco a partir de cereales. Aunque...

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