Álex Cabrera contra la política antidopaje

La publicación, esta semana, de la sentencia que ampara a Alex Cabrera en su caso de violación de la política antidopaje de la LVBP ratifica el peligro que se cierne sobre el beisbol venezolano, el juego limpio y la salud de los deportistas.El largo documento encierra una paradoja: rechaza la solicitud de anular los mecanismos antidopaje de la liga, petición hecha por el toletero, pero dicta un amparo para proteger los derechos constitucionales que esos mismos mecanismos supuestamente habrían violentado, al castigarle con 25 juegos de suspensión por el consumo de Adderall.Recordemos que el castigo fue impuesto al aplicar precisamente la normativa que la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo se niega a derogar.La reglamentación y la po lítica en sí son perfectamente legales, dice la sentencia.Está mal el caso específico de Cabrera.¿Y qué pasó con el Samurái? Recapitulemos.Cabrera consume Adderall, una poderosa anfetamina que es usada grosso modo para uno de estos tres objetos: combatir el déficit de atención, conseguir fuerza y resistencia física a través de la desaparición artificial del cansancio o facilitar largas jornadas de desvelo.Lo primero es legal, siem pre y cuando exista recomendación médica. Lo segundo es una violación a la lucha mundial antidopaje. Lo tercero es contrario a la ley, pues el consumo libre de anfetaminas está prohibido por razones de sa lud pública.Hay atletas que enmascaran su dopaje en un supuesto uso terapéutico de la droga. Otros en verdad necesitan el tratamiento aunque en el caso local, ninguno de los 2.000 integrantes de las selecciones nacionales lo requieren, según datos del IND.En las Grandes Ligas, la Aso ciación de Peloteros ha presionado para que el uso del Adderall siga siendo común.Alrededor de 10 por ciento de los bigleaguers aseguran...

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